Todos aquellos que invierten su tiempo trabajando en el mundo del Social Media, de las tecnologías o en el entorno del marketing y la publicidad coincidirán en que cada vez más las redes sociales, las formas de comunicar y en cómo se llega a la gente mediante herramientas directas, está sobrepasando unos límites que ni los mismos profesionales saben a lo que se pueden enfrentar de aquí a unos años, visto por supuesto desde todos los ángulos.

Las redes sociales siguen y seguirán siendo un mundo por descubrir. Es por eso que queremos resaltar como Facebook, Twitter, Instragram, Pinterest, etc. no sólo permiten la interacción y el feedback con nuestros amigos, familiares y gente cercana, sino que todas ellas nos permiten obtener ideas más detalladas sobre los vínculos emocionales y profesionales que pueden llegar a ejercerse en las relaciones con otras personas, ya sean conocidas o desconocidas.

Son muchos los estudios que se han llevado a cabo sobre redes sociales y los vínculos que éstas ejercen sobre los usuarios, pero me gustaría resaltar el análisis que realiza el profesor, James Fawler, de la Universidad de California. Son curiosos los aspectos  de los que habla Fawler cuando comenta la infinidad de lazos de unión existentes entre los seres humanos y que nosotros mismos no somos capaces de verlos a la larga distancia. En definitiva de cómo nuestras acciones y actitudes influyen en miles de personas.

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Nos quedamos sorprendidos cuando descubrimos que por ejemplo una persona soltera que está buscando pareja tiene un 68% de probabilidades de conocer a su media naranja a través de un conocido. Y que sólo el 23% de las personas que tienen pareja, la conocieron sin la intermediación de una tercera. Otro de los casos que se comenta y que resulta curioso es cuando una persona ha tenido un sobrino hace poco tiempo, y se le deja caer a la persona, qué se vaya preparando para la maternidad o paternidad, porque tiene un 15 % de probabilidad de tener un bebe.

‘Para saber quiénes somos tenemos que comprender cómo estamos conectados’.

Como vemos en estos datos, los seres humanos nos movemos en unos círculos en los cuales cada uno de nosotros llegamos a influir en nuestras amistades, en nuestros círculos más próximos. En los años 60 este tipo de influencias se realizaban en seis pasos, es decir, en seis conexiones que te permitían transmitir un mensaje con tus amigos, con los amigos de tus amigos y entre los amigos de los amigos de tus amigos, y verse de tal forma la conexión entre todos ellos.

Tras los últimos estudios realizados, hemos visto como ese número de pasos  para llegar a todo el mundo se ha visto reducido a tres escalas. Un ejemplo de ello, es el estudio sobre los obesos, y cómo las amistades llegan a ocupar un peso importante en todo ese proceso. Hasta tal punto, que si nuestros amigos son obesos tenemos un porcentaje alto engordar, en sí puede verse como ésta cadena puede llegar a afectar a una persona a lo largo del tiempo.

El análisis de James Fawler es de gran relevancia ya que ofrece muchas verdades sobre las relaciones existentes entre los seres humanos y cómo éstos confluyen tanto dentro como fuera de internet. Estamos todos de acuerdo en que las redes sociales condicionan nuestras vidas, y es por eso que son muchas las personas que tratan de repetir esos patrones sin tener un sentido común con lo que hacen, son los impulsos los que les mueven a repetir esas acciones, pero no debería de ser así.

Cada día conocemos algo que nos da que pensar sobre cómo actuamos con los demás, sobre las opiniones y los prejuicios que llegamos a tener, pero de lo que nunca o al menos muchos hasta ahora no se han dado cuenta es que los usuarios de estas redes llegan a convertirse en el motor de cambio social para muchas personas y es algo que motiva a muchas a otras a seguir esa cadena.

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